Existe la creencia de que la escuela es el primer sistema de reproducción social, para ellos podemos remitirnos a la teoría de los códigos sociolingüisticos de Basil Bernstein. En esa extensa obra Bernstein diferencia dos tipos de lenguaje usados por dos estratos sociales:
Código elaborado (clase media y alta): Este tipo de lenguaje implica razonamientos complejos y abstracciones que crean una estructura de pensamiento que permite sensibilizarse con los objetos de la experiencia que se definen en términos de relaciones. Esto implica una toma de conciencia en las relaciones entre medios y fines así como una disciplina hacia ciertos valores con un estimulo especial a la diferenciación de los comportamientos individuales y permite disponer de la habilidad para adoptar medidas apropiadas para implementar el logro de fines distantes por medio de una cadena de medios-fines.
- Código restringido (clase
obrera): El lenguaje esta estructurado hacia la sensibilidad hacia los objetos creando una actitud no instrumental hacia las relaciones sociales siendo el comportamiento más emotivo e inmediato.
Gracias a esta teoría podemos hacernos una idea del porque del fracaso escolar y por ende la perpetuación de la clase obrera. Mientras en el seno de una familia trabajadora las ordenes de padres a hijos suelen ser arbitrarias y el ejercicio de autoridad no está relacionado con un sistema estable de recompensas y castigos. En la familia de clase media o alta los niños son socializados dentro de una estructura formalmente articulada, así las decisiones centradas en el niño están orientadas por la eficacia en la obtención de fines distantes.
Usualmente en las escuelas, el lenguaje usado por los docentes suele ser elaborado, por lo que los jóvenes de clase trabajadora tienen dificultades para seguir el hilo de la materia y suelen perderse más o buscar estímulos más rápidos.
A pesar de ello, se podría decir que la escuela ha pasado a un segundo plano en cuestión de reproducción social, si bien todavía es muy importante, deberíamos comenzar a considerar los medios de comunicación como los primeros medios de reproducción social.
La televisión ejerce de modelo de estilo de vida para muchas personas, y el posicionamiento acritico delante del televisor puede producir graves daños en las personas o familias. A lo largo de los años programas banales se han adueñado del horario infantil promoviendo actitudes y estilos de vida demasiado excéntricos y superficiales que exigen una gran inversión de capital para poder “ir a la mo
da”. Los telediarios han dejado de lado las noticias y se han subido al carro de los sucesos, en mi opinión, ver tanta violencia, accidentes, sangre, vísceras y demás aturde al espectador y lo inmuniza en cierta manera contra el sobresalto y como ya se ha visto en caso de accidentes, lo primero que se saca del bolsillo es el móvil, pero no para llamar a emergencias, sino para grabar un video.
El sistema capitalista requiere de consumidores para poder perpetuarse, así que gracias al dúo escuela-medios se consigue que el número de estos crezca cada día. Pero toda fuerza ejercida encuentra su res
istencia tarde o temprano. Oscar Ibrahim es un taxista harto de la publicidad que inunda sus calles y actúa contra ellas, las modifica directamente o se prepara material para ejercer su acción. Es una buena manera de promover un cambio de visión con respecto a lo que nos llega impuesto por un sistema que escapa a nuestro control y que inconscientemente nos va condicionando.
Y por otro lado, intervenciones que se realicen trabajando con los medios también pueden ayudar a crear personas criticas con lo que se da. La propuesta de Julio César Pintos Cubo, inspirada en la obra de Freinet y Freire entre otros nos aporta pistas para realizar intervenciones que creen individuos criticos, creativos y activos en lo que a medios de comunicación refiere. Un periódico en el aula o escuela, un blog, o incluso un programa de televisión para emitir por internet son herramientas muy útiles para abrir los ojos y disolver el hechizo de los medios capitalistas.
Y para concluir, mi contrapublicidad va dedicada a todas esas personas que cobrando un miserable suelo de 1000€ se han hipotecado o han suscrito un préstamo para adquirir un coche de gama alta aún cuando es evidente que está fuera del poder adquisitivo de un trabajador no cualificado. Es evidente que no es un caso aislado y que los medios tienen mucho que ver con los hábitos de consumo de la población.